Nuestras emociones están enmarcadas por nuestros sentidos, a través de estos recibimos el entorno y reaccionamos a éste. Unas veces nuestras respuestas son voluntarias y otras son involuntarias. Respecto al color nuestra respuesta siempre será involuntaria. De ahí la importancia de elegir a consciencia los colores que usaremos en nuestros espacios como oficina y hogar y sobre todo en nuestra ropa, que será como nuestra segunda piel; incluso, cabe resaltar, la influencia que también tiene el tipo de ropa sobre cada quien, no solo su color, pero ese será tema para otra oportunidad.

Observamos nuestra sociedad de consumo y encontramos cómo sistemáticamente somos compradores sin autonomía, pero creyendo tenerla. Las grandes campañas publicitarias con que nos bombardean son elaboradas sobre nuestros sentidos y quizás el más importante es el de la vista, y para ello en su marketing y diseño, han contado con estudios especializados en comportamiento humano, estudios en los que el color y las formas son elementos de gran importancia. Es un tema amplio y complejo, pero nos centraremos en los resultados de los estudios respecto a la influencia del color en nuestro comportamiento.

¿Qué es psicología del color? 

Es el estudio de cómo el color afecta el comportamiento humano. Esta ciencia argumenta que sentimos el color y que cada color tiene una poderosa influencia sobre el estado de ánimo y mental de un individuo.

¿Cómo influyen los colores en el comportamiento del ser humano? 

El color es capaz de estimular o deprimir, puede crear alegría o tristeza. Así mismo, determinados colores despiertan actitudes activas o por el contrario pasivas. Con colores se favorecen sensaciones térmicas de frío o de calor, y también podemos tener impresiones de orden o desorden.

¿Cómo ha evolucionado el estudio del color?

La historia del color empieza con Aristóteles y su descubrimiento de lo que llamó “colores básicos”. Estos tienen relación con el agua, el cielo, la tierra y el fuego. Luego, Leonardo Da Vinci los clasificó en amarillo, azul, verde y rojo, y el blanco como receptor de todos los colores y el negro, representando la ausencia de los mismos. Para el siglo XVIII, Isaac Newton demostró que la luz blanca se forma por una banda de colores, que se puede separar por medio de un prisma. De la mano de Wolfgang Goethe, poeta y científico alemán, se inicia lo que conocemos en la actualidad como psicología del color. Para nuestros días el estudio con mayor reconocimiento sobre el tema es el de la socióloga y psicóloga alemana Eva Heller (1948-2008), en el que desarrolla la relación entre los colores y los sentimientos o sensaciones que transmiten, los colores pueden cambiar nuestra percepción, alterar nuestros sentidos, emocionarnos. Wassily Kandinsky, Artista, visionario y teórico ruso, creía que detrás de las apariencias había una verdad, entonces apeló al lenguaje de color y en su obra “De lo Espiritual en el Arte” nos dice: “El color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El color es el teclado. El alma es el piano con muchas cuerdas. El artista es la mano que por esta o aquella tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana”. Publicado en 1911.

Entonces, ¿qué color de ropa usarás? 

Las propiedades emocionales de cada tono, aportadas por Kandinsky, y como él percibía su sonido, son las que les compartimos hoy:

El rojo es un color ardiente con un carácter inmaterial e inquieto. Recuerda a la alegría juvenil, pero en tonos oscuros simboliza la madurez viril. Se asemeja a los tonos claros de un violín. 

El amarillo irradia desde el centro, parece que se acerca al espectador o que se sale del cuadro. Es inquietante y evoca al delirio. Su sonido es el de una trompeta o un clarín. 

El azul se mueve de forma concéntrica, como un caracol en su concha. Parece que se aleja del espectador. Es un color puro e inmaterial, y su sonido se asemeja al de una flauta, un violonchelo o un órgano. 

El verde carece de dinamismo, ya que evoca la calma y la pasividad. Suena como los tonos tranquilos y profundos de un violín. 

El naranja tiene una sensación grave, radiante, que emite salud y vida. Su sonido es similar al de una campana llamando al Ángelus, un barítono o una viola. 

El blanco representa un mundo donde desaparece el color material. Da una sensación de alegría pura. Es un silencio lleno de posibilidades, una pausa musical. 

El negro es el color de la más pura tristeza, por lo que es apagado e inmóvil. Evoca la muerte, la nada tras apagarse el sol. Es el silencio, la pausa completa tras la que comienza otro mundo.